La limpieza del hogar no debería ser un problema
Muchas veces no contamos con el tiempo suficiente para realizar la limpieza del hogar. Esto puede deberse a varios factores: primero, el trabajo remoto o presencial es muy demandante y descuidamos los quehaceres domésticos. Segundo, contamos con niñ@s en casa y mientras l@s ayudam@s con los estudios, dejamos que el desorden se acumule a lo largo de la semana y destinamos solo un día para la limpieza del hogar. O, por último, la suciedad y el desorden generalizado de las cosas nos desmotiva y preferimos postergar la limpieza.
Si te sientes identificado con alguna de las razones planteadas, ¡descuida! Estás a tiempo de crear hábitos para que la limpieza del hogar no sea un problema. Aquí te presentamos algunos tips para mantener limpio tu hogar. Alista tus productos de limpieza y ¡toma nota!
Tiende tu cama todos los días por las mañanas. Esta tarea puede sonar insignificante, pero realmente genera un cambio en nosotros, con respecto a la percepción del orden. Cuando veas que tu cama está lista y ordenada, te sentirás mejor. Además, te ayudará a sentirte reconfortado luego de terminar una dura jornada laboral. ¡No lo olvides! Hacer esta tarea al comenzar el día te generará un buen hábito de limpieza.
Lava los servicios después de cada comida. ¡Evita que todo se amontone! Quizás esta labor se trate de una de las tareas más tediosas que podemos tener en casa, pero es necesaria para evitar el desorden y la suciedad en la cocina. Hazlo luego del desayuno, el almuerzo y la cena. Ten por seguro que cada mañana agradecerás encontrar el fregadero libre de platos, ollas o sartenes unos sobre otros.
Mantén limpia la refrigeradora. Es uno de los artefactos que más usamos y que, muchas veces, dejamos de lado su cuidado y mantenimiento. Si es tu caso, debes revisar tu refrigerador y comenzar a limpiarlo: tira todo alimento que huela mal y pasa un trapo húmedo por los cajones, compartimentos y puerta. Ordena de tal manera que tengas a la mano los alimentos que más utilices y procura organizarlo siempre de la misma forma.
Seca el baño después de cada ducha. Este paso parece obvio, pero se le quita la importancia debida por la premura de alistarse y comenzar con las actividades del día. Recuerda que las gotas de vapor en el espejo y el piso mojado dan la sensación de suciedad al baño y más si alguien entra después y deja todo embarrado. Para evitar que la suciedad aumente, coge un paño de microfibra y limpia los espejos y las mayólicas del baño. De esta forma, se prolongará la limpieza.
Ventila tu casa. Para dar la impresión de que todos los ambientes huelen rico, es necesario dejar las ventanas o puertas abiertas y dejar que el aire haga lo suyo. Puedes dejar la puerta del dormitorio abierta mientras tiendes tu cama. Recuerda que solo necesitas ventilar como mínimo 10 minutos cada espacio para que estos se mantengan limpios. ¡Haz la prueba y nota la diferencia!
Estos hábitos son pasos realmente pequeños, pero si los pones a prueba notarás una gran diferencia. Además, es importante que los realices constantemente para lograr que la limpieza del hogar no se vuelva tediosa.
¿Qué piensas de estos tips? Cuéntanos en redes si te sirvieron para mantener tu hogar ordenado usando #AhorrarNuncaFueTanBueno.
Recuerda que puedes encontrar todos los productos de limpieza que necesitas en plazaVea, Mass y Vivanda.
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Ingredientes
Instrucciones
Tiende tu cama todos los días por las mañanas. Esta tarea puede sonar insignificante, pero realmente genera un cambio en nosotros, con respecto a la percepción del orden. Cuando veas que tu cama está lista y ordenada, te sentirás mejor. Además, te ayudará a sentirte reconfortado luego de terminar una dura jornada laboral. ¡No lo olvides! Hacer esta tarea al comenzar el día te generará un buen hábito de limpieza.
Lava los servicios después de cada comida. ¡Evita que todo se amontone! Quizás esta labor se trate de una de las tareas más tediosas que podemos tener en casa, pero es necesaria para evitar el desorden y la suciedad en la cocina. Hazlo luego del desayuno, el almuerzo y la cena. Ten por seguro que cada mañana agradecerás encontrar el fregadero libre de platos, ollas o sartenes unos sobre otros.
Mantén limpia la refrigeradora. Es uno de los artefactos que más usamos y que, muchas veces, dejamos de lado su cuidado y mantenimiento. Si es tu caso, debes revisar tu refrigerador y comenzar a limpiarlo: tira todo alimento que huela mal y pasa un trapo húmedo por los cajones, compartimentos y puerta. Ordena de tal manera que tengas a la mano los alimentos que más utilices y procura organizarlo siempre de la misma forma.
Seca el baño después de cada ducha. Este paso parece obvio, pero se le quita la importancia debida por la premura de alistarse y comenzar con las actividades del día. Recuerda que las gotas de vapor en el espejo y el piso mojado dan la sensación de suciedad al baño y más si alguien entra después y deja todo embarrado. Para evitar que la suciedad aumente, coge un paño de microfibra y limpia los espejos y las mayólicas del baño. De esta forma, se prolongará la limpieza.
Ventila tu casa. Para dar la impresión de que todos los ambientes huelen rico, es necesario dejar las ventanas o puertas abiertas y dejar que el aire haga lo suyo. Puedes dejar la puerta del dormitorio abierta mientras tiendes tu cama. Recuerda que solo necesitas ventilar como mínimo 10 minutos cada espacio para que estos se mantengan limpios. ¡Haz la prueba y nota la diferencia!
